No século XIX na prensa de Compostela aparecían noticias do acontecer de Carril. As xornadas estivais no noso porto de moitos compostelanos estreitaban a relación entre os dous lugares. A finais daquel século, despois das esperanzas postas no ferrocarril, as noticias apuntaban a un decrecer da nosa vila. Os comentairos que se facían eran como o que sigue:
Tiempo hace que este puerto debía de ser lo que el Grao es a Valencia enclavado en él su magnífico muelle con su excelente ría, unidos a nosotros por las dos cintas de hierro que recorre la locomotora diariamente, acusando reciprocidad de intereses y constantes relaciones comerciales.
Tan benéfico pensamiento no se llevó aún del todo al terreno de la práctica, más ya se sembró la semilla que fructificando más tarde ha de dar dicho resultado al conmemorarse la inauguración de la vía férrea de Santiago a Carril; desgraciadamente la desunión de los carrileños, la poca vida y la apatía algunas veces, la escasez de relaciones comerciales, las escasas mercancías que circulaban por la aduana de primera clase que allí tienen, fueron causas poderosas del apocamiento de Carril, de su estado enfermizo.
Necesaria pues se hacía una radical transformación entre todos los principales elementos del puerto; se imponía ante todo que, desaparecidos los odios políticos y militando bajo el emblema de "todos por Carril", se uniesen y estrechasen los vínculos de la amistad más y contribuyesen al engrandecimiento y prosperidad del puerto, porque si de la unión nace la fuerza, y por lo tanto el progreso, este se realizará uniéndose en Carril todas las personas que después han de dar determinada forma a la obra, contribuyendo cada uno con su piedrecita, para poder colocar en la cima el ramo de laurel.
El diputado por Cambados Sr. Fraga, con metáforas valientes, comparando a Vilagarcía, Carril y Vilaxoán con un ángulo recto, dijo que el vértice estaba en el segundo, que era el puerto por excelencia de las rías y a donde debería dirigir su miras el comercio de Santiago. Dijo que a Carril le había dotado la naturaleza de brillantes condiciones, pero que sus vecinos dormidos ya en épocas lejanas, continuaron en su letargo, y no hicieron nada; que Carril, pueblo industrial, laborioso, que debería ser centro de grande comercio, no era más que un mal pueblo de consignatarios.
GACETA DE GALICIA, 1888.
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